El pasado 19 de marzo se llevó a cabo en Bogotá la primera carrera atlética de la temporada 2023 de la capital colombiana. Más de seis mil amantes del running se dieron cita en el parque metropolitano Simón Bolívar para recorrer los 10 kilómetros de la Enel X Night Race y entre todos ellos, por supuesto, me encontraba yo para afrontar la competencia nocturna.
Para esta primera cita del año se tuvo bastante tiempo de preparación. Luego de las fiestas decembrinas y el inicio de año, que deja unos kilos de más y algo de sedentarismo, se contó con un amplio periodo para poder retomar el ritmo y llegar a punto a la carrera. El entrenamiento realizado durante la última semana de enero, todo el mes de febrero y los primeros días de marzo permitió que en lo personal bajáramos los tiempos registrados con anterioridad para la distancia de los diez kilómetros.
He de confesar que realicé dos tipos de entrenamiento, no se cuál es el indicado y si alguno de los dos es el que realizan los atletas de alto rendimiento. Además del obvio entrenamiento de fuerza realicé en primera instancia entrenamientos por distancia, es decir un día corría cinco kilómetros, descansaba al siguiente y luego corría siete; esa fue la primera rutina. Mi hermano, que ha corrido maratones y lleva un entrenamiento más juicioso, me dijo que no entrenara por distancia sino por tiempos, es decir un día 40 minutos, al siguiente descanso y luego una hora, así que esa fue la segunda rutina que realicé para llegar al 19 de marzo.
Ya en el día de la cita durante la mañana evité al máximo el esfuerzo físico para no llegar cansado a la carrera. Estando en el parque Simón Bolívar me encontré con varios colegas con los cuales tenemos un grupo de periodistas que acudimos a las competencias atléticas y que corremos por diversión y sana competencia entre nosotros.
Al momento de la partida estuvimos al lado de los atletas élite y de los invitados VIP de la organización, pero cuando se dio la salida era evidente que esas “gacelas” salieron a toda velocidad mientras los recreativos nos quedábamos rezagados. Aun así, lo importante era divertirse.
Mi objetivo era claro, estar por debajo de la hora y diez minutos, ya había logrado bajar ese tiempo en alguna otra ocasión, pero para esta primera cita del año era la meta trazada. Arrancamos con buen ritmo sin esforzarnos y llevando una frecuencia cardiaca óptima. La aplicación de carrera que uso me indicaba que los tres primeros kilómetros había marcado tiempos de 6:23, 6:34 y 6:26, nada mal para mis aspiraciones.
Los tres mil metros siguientes son fundamentales, la mitad de carrera te puede pasar factura si te confías del ritmo y la tranquilidad que llevas y si te esfuerzas de más la última parte de carrera se te hará un infierno, así que calma y paso regulado, de hecho, en el intermedio fue donde registré mi tiempo más alto. 6 minutos 50 segundos en el kilómetro seis.
Ya para el final de carrera apretamos el paso, sin exagerar, pero sabiendo que las piernas podían dar un poco más. La temperatura ideal, algo de frío y una suave brisa que acompañó los metros finales. 6:08 el mejor parcial y como era de esperarse en el último kilómetro, que es donde uno remata la faena.
Abrazos en la llegada, caras cansadas pero alegres, sonrisas por todos lados y por supuesto el sentimiento de satisfacción de haber culminado la primera cita con los diez kilómetros del año. El tiempo, según la aplicación 1h 05m 40s, y en los resultados oficiales de la carrera fueron 19 segundos menos. Meta cumplida.
