Por. Metrópoli Online
Hace unos días en el encuentro organizado por el Colegio Nacional de Periodistas -CNP- realizado en Tumaco, gracias a la Alcaldía local y la Gobernación de Nariño, los asistentes tuvieron la oportunidad de visitar la playa de Bajito Sanador y conocer el milagro eucarístico que vivió la región.
El 31 de enero de 1906, a eso de las 10:36 a.m. el territorio de Tumaco en la costa Pacífica de Colombia fue sacudido por un terremoto de magnitud 8.8, que como es usual tendría impacto en el mar ocasionando un tsunami.
El pánico se apoderó de los 'tumaqueños' cuando vieron el mar retirarse y avanzar como una gigantesca ola que amenazaba arrasar lo que encontrara a su paso. El desastre inminente generó una respuesta de fe colectiva sin precedentes en la historia colombiana, que concluyó en uno de los tres milagros eucarísticos documentados en la historia.
Los pobladores acudieron a sus sacerdotes, el Padre Gerardo Larrondo y el Padre Julián, a quienes le pidieron una procesión con el Santísimo Sacramento. El Padre Larrondo salió a la orilla del mar, en lo que hoy se conoce como la Playa de El Bajito (o Bajito Sanador), con la Hostia Magna en sus manos. Al alzar la Eucaristía y trazar la señal de la cruz frente a la fuerza desmedida de la naturaleza, el hecho milagroso ocurrió y la ola se desvaneció.
Según el testimonio de los pobladores y la documentación histórica, la inmensa ola que había avanzado cerca de un kilómetro y medio se detuvo de repente como si fuera bloqueada por una fuerza invisible, y luego retrocedió, salvando a Tumaco de la destrucción total. "La inmensa ola que amenazaba con destruir el pueblo de Tumaco se detuvo de repente como bloqueada por una fuerza invisible más grande que la de la naturaleza, mientras que el mar volvía a su estado habitual," narra uno de los relatos documentados sobre el suceso.
Es así como Tumaco y la playa de Bajito Sanador pasaron a la historia como el único milagro eucarístico en Colombia, el símbolo de identidad y fe para los tumaqueños. La historia del "Milagro de la Ola" trasciende el tiempo, inspirando incluso al beato Carlo Acutis, quien lo incluyó en su recopilación de milagros eucarísticos en el mundo.
En la actualidad, el monumento en la Playa de El Bajito inmortaliza al Padre Larrondo frente al mar, con el propósito de mantener en la memoria el día en que la fe colectiva detuvo una catástrofe natural y se inmortalizó en la memoria de una pequeña ciudad colombiana.
