En el reciente debate de control político celebrado en el Concejo de Bogotá, el concejal Marco Acosta advirtió sobre las serias deficiencias que enfrenta el Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal (IDPAC), tanto en la ejecución presupuestal como en la calidad de los procesos de participación ciudadana.
Según datos del informe de ejecución mensual publicado en agosto de 2024, el IDPAC apenas había girado el 39,48% del presupuesto vigente, es decir, 15.753 millones de pesos de los 39.901 millones apropiados. Además, los compromisos adquiridos no superaban el 55,41%. Esta situación es preocupante si se considera que ya se habían agotado dos terceras partes del año, lo que evidencia un rezago estructural en la ejecución del gasto público. Paradójicamente, para 2025 la entidad recibió un presupuesto de inversión récord cercano a los 25.977 millones de pesos, lo que representa un incremento del 38,9% frente al año anterior. Sin embargo, sin transformaciones sustanciales en los mecanismos de planeación y ejecución, este aumento podría no traducirse en mayores beneficios para la ciudadanía.
Esta baja ejecución tiene consecuencias directas sobre la calidad de vida de los bogotanos. Recursos públicos quedan sin invertir, proyectos comunitarios se aplazan y la percepción de ineficiencia institucional se profundiza, debilitando la confianza en el aparato público y en los canales de participación.
En cuanto al componente participativo, la situación es similar. Aunque el IDPAC ha promovido iniciativas como los Presupuestos Participativos, los niveles de participación efectiva siguen siendo bajos y cuestionados. En la consulta distrital realizada en 2023 participaron 318.459 personas, lo que representa apenas el 5,3% del censo habilitado. A pesar de que la administración distrital celebró este número como un récord, la realidad indica que más del 94% de la población no participó en el proceso, lo que pone en entredicho su legitimidad y representatividad.
Además, diversas voces de la ciudadanía y de observadores independientes han expresado su preocupación por la forma en que se han adjudicado los recursos, señalando que muchos proyectos ganadores tienden a favorecer a sus propios proponentes antes que a resolver necesidades colectivas urgentes, como el mantenimiento de la infraestructura barrial. También se han reportado deficiencias en el seguimiento a los proyectos, falta de capacitación efectiva para los participantes y señales de posibles sesgos clientelistas que afectan la credibilidad de los procesos.
Por parte de los medios de comunicación viene una constante denuncia respecto a rol, como lo expresado por Nadia Patricia Suárez, en los debates de la JAL de Engativá respecto a la creación de la mesa de comunicación, con presencia del IDPAC, al cuestionarle "¿Cuál es su propuesta de fortalecimiento y promoción de la participación?, en especial, cuando vienen burlando y manipulado la mesa distrital de comunicación; y a nivel local, frenando procesos y estancando la participación."
En definitiva, la baja ejecución presupuestal y los vacíos en la participación ciudadana representan una doble alerta para el fortalecimiento institucional del IDPAC.
Con información suministrada por OP del Concejal Marco Acosta